viernes, 25 de marzo de 2011

..:: Historias de Colombia, México y un arquitecto danés ::..

¿Cómo así, después de dos años? Siempre acordándome de vos con una sonrisa, en los buenos y en los malos momentos, mi amiga de Colombia. Casi lloro de gusto y no lo podía creer. Siempre lo he dicho: un amigo de verdad es aquél a quien puedes ver hoy -aún después de dos o diez años de ausencia-, en la madrugada de un 25 de marzo, y poder charlar como si hubiera sido ayer. Gracias Luce, por estar siempre allí para mí.

miércoles, 2 de febrero de 2011

..:: El enemigo en nosotros ::..

Hoy me entero que en siete puntos de Guadalajara se han dado tiroteos, en algunos bloqueos con vehículos incendiados e incluso se lanzaron GRANADAS!!

Algunos de nosotros pensaremos que no es algo nuevo o quizá que esto es lo cotidiano al encender el televisor; para la mayoría esto siempre nos parece un problema lejano, algo que nos llega como un rumor y que únicamente escuchamos desde la seguridad de nuestro hogar.

Sin embargo, cuando dichos problemas involucran a un ser querido, cuando somos nosotros los que formamos parte de la estadística, es cuando se aviva una sensación en nuestro interior: El miedo.

Y cómo no tenerlo, si uno ha mirado cómo gradualmente el vecindario de junto se ha convertido en un lugar más inseguro, si la cuadra de atrás tiene ahora una 'tiendita', que hay lugares en la ciudad que uno comienza a evitar, que de pronto una llamada telefónica se convierte en amenaza y extorsión.

¿Qué hacer cuando lo que antes era silente, ahora es una realidad dura?

¿Qué hacer cuando nuestro propio jefe de estado comienza a llamar a las víctimas 'daños colaterales'?

Leí hace un tiempo en un artículo de la revista Proceso la siguiente frase: 'Maldito el país que fuerza a sus ciudadanos al heroísmo'*

Como víctimas, buscamos justicia apegándonos a nuestro sistema jurídico; uno donde descubrimos que sólo se favorece a quien ofrezca más. Uno donde nos encontramos con que no podemos comprar justicia.

Pero no se trata de poder hacerlo, tampoco de comprar seguridad para nuestra familia. Se trata de recuperar espacios, de que los niños tengan una verdadera educación y no la basura que ofrece la SEP y aquella nefasta mujer que ni leer sabe.

Una buena educación incluye valores; lograr que uno tenga la capacidad de discernir aquello que perjudica a los demás y decida no hacerlo. La capacidad de saber que nuestras acciones dentro de nuestra sociedad tienen consecuencias.

Es un camino largo que no debe tomarse a la ligera, de lo contrario terminaríamos lastimando aquello que buscamos proteger.

Vienen los tiempos en los que el ciudadano tendrá que tomar el papel del estado, sólo espero que lleguen por la decisión de cada uno y no porque sea el último recurso.

¡No más miedo!

*'Isabel Wallace o cómo suspender la farsa', Sabina Berman.

martes, 25 de enero de 2011

..:: Tijuana makes me happy ::..

Mañana se van mis amigos, vuelven a Tijuana después de varios meses de haber estado aquí.

Y justo ahora pienso de manera egoísta, que no quiero que se vayan, que mañana estaré con nudos en la garganta y lágrimas enjugadas; rehusándome a volver a casa solo.

Siento que un trocito de Tijuana vino con ellos y se quedará aquí creciendo más y más; pero también siento que un pedazo enorme de mí se va con ellos.

Nancy me dijo que volver es necesario, así que mientras trato de entenderlo caigo en la cuenta de que hace unos días era yo quien dejaba un lugar sin querer hacerlo. Lugares que uno encuentra como su hogar y quiere llevar consigo a todos lados.

Y es que hoy la vida me sabe a Zapopan y me sabe a los acentos del norte; las sonrisas tienen nombre al recordar a ¡Silvia, a Brenda o a Cindy!

¿Dónde está el hogar entonces?

¿Caminando por una calle, parado sobre la banqueta, cargando maletas de 50 kilos hasta desfallecer; mirando películas en una habitación, animando a un luchador técnico que no conoces o quizá dando vueltas simplemente hasta perderse?

Mi hogar está donde se encuentran aquellos que lo hacen sentir así y cuando se van se lo llevan consigo, sabiendo que también mi morada es la suya, sabiendo que siempre serán bienvenidos.

Mi hogar está en Guadalajara sobre una colchoneta; en los recuerdos de dos en Tijuana; en una clase de Inglés en Rumania o en una película taducida; en la nieve de Polonia; en Colombia junto a un Lucero, en una pequeña en Costa Rica.

Y al hogar siempre se le anhela, se le recuerda con nostalgia y siempre se quiere volver a él.

Gracias a ustedes, a todos ustedes por hacerme tan afortunado, por hacerme feliz.