domingo, 24 de agosto de 2008

Lágrimas invisibles (2) Capullo



Dejarme ir, perderme de nuevo antes de que me consuma este cáncer que soy yo mismo. Mis recuerdos y yo; la ansiedad que respira por mí, en cada poro, este sudor frío.

Estoy solo, mientras mi corazón dormido sueña con esas pesadillas que han encontrado su camino 'into my day to day scene'.

Este cuerpo es el instrumento de toda una vida, el camino que recorre el sentimiento antes de ser melodía, y su canción de nostalgia lo inunda todo. Lágrimas y notas discordantes.

Escritores, instrumentos solitarios de un llanto lejano que dejan mensajes aquí y allá; culturas perdidas, llenas de secretos; lugares a los que al llegar son sólo ruinas de pie ante el ocaso.

Estoy solo y mi corazón está dormido. Las pesadillas se entretejen alrededor suyo y lo cubren por completo.

Los escritores no duermen, viven una vida a cada instante, a ellos únicamente los adormece la muerte con su arrullo al final del día...



Somos escritores
Escritores de pluma rota
De cabello desaliñado
Somos ojos que se pierden en el horizonte
Somos la sonrisa ausente
Somos la soledad escribiendo cartas
Somos el destinatario
Estamos aquí y un día allá
Estamos perdidos
Esperando al amor o a que éste no venga solo
Y si viene acompañado mejor que no venga
El amor somos nosotros
Desdichados escritores de pluma rota
Le escribimos a la nada
Escribimos a la soledad
Los escritores te pensamos a ti
Cuando tú no piensas en mí
Escribimos a las personas para las que no existimos
Los escritores de pluma rota
Nosotros, los de lágrimas y tinta invisible
Escribimos en nuestro recuerdo
Escribimos lo que ya no existe
Escribimos lo que queremos
Aquello que aún no existe
Lo que escribimos no existe
Pero escribimos para existir

miércoles, 20 de agosto de 2008

Sin suspiros

Un día, una persona deja de buscar
Abandona todo afán y decide que así estará por fin tranquilo
Hubieran sido palabras vacías, pero día con día mantuvo la promesa que se hizo a sí mismo

Siempre podemos equivocarnos

Palabras nunca escritas y la mirada de un par de ojos peculiares lo hicieron dudar
Un dolor se avecinaba y valía la pena moverse
No tan rápido como para evitarlo, ni tan rápido como para no sentirlo

Pero siempre podemos equivocarnos

Es común en estos días, pensar que después de tanta pena, algo bueno vendrá
Es común, que después de la alegría, no importa cuánto dure, la misma pena regresará
Una fe ciega a veces nos dice lo contrario, que la sombra de la tristeza, es sólo eso

Sin embargo, siempre podemos equivocarnos


Parece que no puedo vivir, si no es respirando profundamente de vez en cuando


(Parece que ya no puedo terminar nada de lo que comienzo a escribir..)

martes, 19 de agosto de 2008

Je veux écrire les stances plus tristes ce soir

Qué felices aquellos días en que la tristeza era sólo eso; una bien definida emoción alojada en el vientre, la cual provocaba en el mejor de los casos un simple mareo emocional y un sencillo dolor de cabeza.

Me levantaba por la mañana, miraba en el espejo y allí estaba yo, con el mismo rostro del día anterior, la misma cara alargada tratando de apoyarse en un gesto de indiferencia; la misma expresión de sorpresa al darme cuenta de lo tarde que era; el lento masticar del desayuno y mis ojos cerrados camino al colegio. Días tranquilos y constantes de los que sabía qué podía esperar.

Soy un hombre de hábitos.

Es curioso, pero qué feliz era yo viviendo triste, antes de este hastío. Harto sí, harto de estar triste y lleno de múltiples emociones. Ahora me levanto sólo para encontrarme cada día con un extraño reflejado en el espejo.

Tristeza y ansiedad, salpicadas con euforia, desconcierto y nostalgia


...(Otra entrada que hago incompleta)

lunes, 4 de agosto de 2008

Messenger...



Hoy en día, pensaba yo, es bastante práctico contar con el Messenger. Es casi como charlar por teléfono, sólo que puedes hacerlo con varias personas a la vez sin ningún incoveniente.

Justo ahora, pienso, que la cantidad de atención que uno puede prestar a varias personas al mismo tiempo depende de muchos factores: La rapidez con la que uno pueda teclear, la cantidad de contactos activos (en ventanas abiertas) que se tiene en línea y la siempre cambiante disposición con la que se quiera charlar con unos contactos más que otros.

Messenger nos ayuda pues a prestarle atención a una o muchas personas al mismo tiempo, así como para ignorarlas en mayor o menor grado.

Es aquí cuando uno comienza a establecer un código de comportamiento, sobre aquello que está dispuesto a tolerar o no cuando se conversa en línea; en otras palabras: Sobre lo que uno cree que no debería hacer a otras personas en línea y sobre lo que se cree que se puede hacer.

Ya sea que alguien nos escriba y pensemos que estamos obligados a responder o que esa persona comprenda que está bien si no lo hacemos.

Negar la admisión de uno o varios usuarios, es una opción que a muchos les causa conflictos. Comenzar una amistad por messenger o terminar (en ocasiones sin intención) con las que ya se tenían es una de muchas posibilidades.

Messenger es una puerta a abierta a . . . (Continuará)