miércoles, 2 de febrero de 2011

..:: El enemigo en nosotros ::..

Hoy me entero que en siete puntos de Guadalajara se han dado tiroteos, en algunos bloqueos con vehículos incendiados e incluso se lanzaron GRANADAS!!

Algunos de nosotros pensaremos que no es algo nuevo o quizá que esto es lo cotidiano al encender el televisor; para la mayoría esto siempre nos parece un problema lejano, algo que nos llega como un rumor y que únicamente escuchamos desde la seguridad de nuestro hogar.

Sin embargo, cuando dichos problemas involucran a un ser querido, cuando somos nosotros los que formamos parte de la estadística, es cuando se aviva una sensación en nuestro interior: El miedo.

Y cómo no tenerlo, si uno ha mirado cómo gradualmente el vecindario de junto se ha convertido en un lugar más inseguro, si la cuadra de atrás tiene ahora una 'tiendita', que hay lugares en la ciudad que uno comienza a evitar, que de pronto una llamada telefónica se convierte en amenaza y extorsión.

¿Qué hacer cuando lo que antes era silente, ahora es una realidad dura?

¿Qué hacer cuando nuestro propio jefe de estado comienza a llamar a las víctimas 'daños colaterales'?

Leí hace un tiempo en un artículo de la revista Proceso la siguiente frase: 'Maldito el país que fuerza a sus ciudadanos al heroísmo'*

Como víctimas, buscamos justicia apegándonos a nuestro sistema jurídico; uno donde descubrimos que sólo se favorece a quien ofrezca más. Uno donde nos encontramos con que no podemos comprar justicia.

Pero no se trata de poder hacerlo, tampoco de comprar seguridad para nuestra familia. Se trata de recuperar espacios, de que los niños tengan una verdadera educación y no la basura que ofrece la SEP y aquella nefasta mujer que ni leer sabe.

Una buena educación incluye valores; lograr que uno tenga la capacidad de discernir aquello que perjudica a los demás y decida no hacerlo. La capacidad de saber que nuestras acciones dentro de nuestra sociedad tienen consecuencias.

Es un camino largo que no debe tomarse a la ligera, de lo contrario terminaríamos lastimando aquello que buscamos proteger.

Vienen los tiempos en los que el ciudadano tendrá que tomar el papel del estado, sólo espero que lleguen por la decisión de cada uno y no porque sea el último recurso.

¡No más miedo!

*'Isabel Wallace o cómo suspender la farsa', Sabina Berman.