domingo, 15 de marzo de 2009

..::Dinero de la nada::..

Este es un artículo publicado en la Revista Vértigo del Domingo 15 de Marzo, titulado: Dinero de la nada; por el número de página no he reparado, pero este señor (Guillermo Fárber) tampoco ha dado crédito a la información del documental Zeitgeist 2, que es de donde lo sacó. Así que suena justo, que cómodamente yo también ponga su síntesis (n_n) en este blog. Una cosa es segura, esta información debe difundirse. Y el señor hizo un buen trabajo al resumirla.

---------------------------------------------------------------------------

El concepto es interesante y parece inofensivo: Crédito Federal Total (también conocido como Federal Reserve Credit). Suena muy respetable, casi académico, ¿no Pues es el summum del engaño, el truco más perverso jamás inventado por las más retorcidas y malévolas de las mentes humanas.
¿En qué consiste este truco Sencillo: es esa bruma evanescente que la Reserva Federal, el banco central de EU (que es un organismo PRIVADO) hace aparecer mágicamente de la nada, a puros teclazos de computadora, en los estados contables de los bancos comerciales. Una vez mágicamente aparecidos ahí, esos ceros milagrosos simplemente esperan a que alguien los tome prestados y así se vuelven "reales", pues ya marcan una obligación para ese súbito deudor. De este modo, el banco se convierte mágicamente en "acreedor" real (¿de qué, si no dio nada a cambio Nada que no le costó tampoco nada, por cierto) y por tanto poseedor de un nuevo activo dizque real que puede ser a su vez vendido o dado en garantía colateral, securitizado, o cuanta locura inventen los genios financieros para construir encima un inmenso castillo de aire que es lo que se está derrumbando hoy.
¡Ah!, pero además hay otro truco, esta vez a cargo ya no de la Reserva Federal sino de sus dueños, los bancos mismos. Se llama"sistema de reservas fraccionarias"y consiste en el maravilloso milagro de la multiplicación de los panes y los peces... No, espera, aquí no son exactamente panes y peces los que se multiplican, sino nada más dinero, monedas (dólares, euros, pesos, lo que sea). Pero el mecanismo es el mismo: sacar más y más de una cesta supuestamente limitada. Por cada unidad que aparece mágicamente en las reservas del banco, este sólo está obligado por ley a guardar una pequeña fracción y puede prestar el resto. Así, por una inyección de cien de Mamá-FED en sus libros, el banco deja en reserva diez y presta 90 a interés (y esos 90 a su vez protagonizan un crecimiento semejante en otros bancos y así hasta la chifladura total, en un proceso multiplicador exponencial y sin límites) Así, la masa monetaria total se expande (por eso hace ya tres años que la Fed, pudorosa, dejó de publicar el dato de m3, que es la medida más amplia del dinero en una economía).
¿Pero cuál es el problema, me dirás, aparte de garantizar la perpetua concentración de la riqueza social por el sector financiero Bueno, la consecuencia es predecible para cualquiera, hasta para algunos economistas: dado que ese nuevo "dinero"salido de la nada y prestado, necesariamente se va a comprar cosas (si no, ¿para qué lo puedes pedir ), aumenta la demanda. Y como la oferta no aumenta al mismo ritmo,la única ley económica universalmente aceptada (hasta por ciertos economistas) dicta que las curvas de una oferta estable y una demanda incrementada deberán encontrarse en un punto más alto del nivel de precios.
Ese efecto es lo que los simplones llaman "inflación". Y eso, hiperinflación, es lo que los manipuladores (avalados por la mayoría de los economistas) provocan hoy con sus delirantes creaciones de ríos de dinero fíat ("alivio cuantitativo") dizque para "estimular" la economía (en realidad, para disfrazar sus crímenes monetarios y retrasar la catástrofe). Hoy, la mayor parte de esos dinerales fíat están involuntariamente "esterilizados". Pero el día que se reintroduzcan al flujo normal de circulante (como lo harán sin remedio), ¡abróchense los cinturones porque vamos a la Luna!

sábado, 7 de marzo de 2009

..:: Comentarios ::..


Y es que Enrique se ha despertado a tiempo, pero no contaba con la astucia del azar. Que ha debido hacer un par de cosas de urgencia y salir corriendo camino al metro.
Cuando al fin logró llegar, se encuentra con que ya han pasado 45 minutos de la hora acordada y es en ese instante, cuando se contacta con uno de sus amigos a los que había invitado a ver la exposición. Oportunamente es él quien le informa dónde podría encontrarse la galería, la misma que Enrique mira poco a poco mientras reconoce un par de fotografías.
Aquella donde una señora descansa sobre su silla, sentada en una gran cocina, con anafres apilados ceremoniosamente uno sobre otro. Esa fotografía le recuerda a su amigo aquella cocina donde su abuelita prepara las cosas allá en Oaxaca.
Una más en la que una Galilea, doblada más de un par de veces, mira pasar a los automóviles desde la acera. Eso quizá está entre la estación de Buenavista y El Chopo, camino del metrobús, pensó Enrique en voz alta.
La niña del vestido, la fiesta de los Reyes... Enrique no sabe de fotografía, pero un detalle como Tweety mirando desde una mochila a una mujer mayor lo hace sonreír. Las fotografías lo hacen sonreír, imaginarse en el sitio donde fueron tomadas e imaginarse también a la persona que las tomó.
Una película en el auditorio, Enrique se asoma mientras su amigo le dice que necesita ir por unos papeles. Enrique no quiere irse pero decide acompañarlo. Sin embargo, camino a la salida, se detiene de golpe y saca su cámara del cereal. Enfoca el pequeño papel junto a las fotografías y deja que lo demás fluya por sí solo.

domingo, 1 de marzo de 2009

..:: ::..

He vivido:
Como amigo del Sol y de la Luna
He sido:
Estrechado con el desgano del hielo
Deambulado:
Soportando el destierro de la cuna
Caminando:
Sin más ánimo que miedo
Portando:
No más tierra que el barro en mis zapatos
Habitando:
Ninguna otra nación que este cuerpo giboso
Sumando:
Esperanza, lágrimas y sollozo
Derramando:
Lluvia dulce sobre el mar

Vivo a solas con mi afecto y la pasión que grita en las mañanas
Al espejo de este rostro indiferente