jueves, 30 de octubre de 2008

Papeleo eres…


¿En qué se convierte el hombre al morir?

Hasta donde yo sé, en un acta; se convierte en un mero certificado. Quizá con algo de suerte se convierta en un recuerdo impreso sobre las páginas de un libro, o en detrimento, se vuelva la pedestre broma que busca vender periódicos un martes cualquiera.

El papel no sólo nos acompaña en la muerte, también es aquello que nos certifica y nos legaliza en el nacimiento. Somos un estado de papeles con membrete, en el que cada uno representa un ciudadano distinto.

Poco después se nos inscribe en algún sitio junto con el papel, ya sea para recibir una educación o buscar un empleo. Papel por papel; estudiamos para obtener uno, los llevamos de un lugar a otro, hacemos uno para obtener empleo y finalmente trabajamos para recibirlo.

Es curioso, millones de papeles con una cruz deciden nuestro destino cada seis años, otros tantos nos dicen cómo recuperar la salud. Papel genera papel; un acuerdo, una noticia, la propia opinión y hasta un robo se transmuta en más papel.

De todos ellos, el más valioso es aquel donde se plasman pensamientos, reflexiones y todo lo que la imaginación nos permita representar a través de uno o múltiples símbolos. El papel alberga una dualidad, es mensajero y mensaje; tomando miles de formas, es el medio y el material para el arte.

En estos días, en una época digital, parece que aún somos hombres de papel.

Papel eres y en papel te convertirás

1 comentario:

Jelm_lz dijo...

Puede ser, pero ¿qué pasa con la carne? de esa pertenencia que tanto nos ocupa en vida, en la que invertimos tanto. ¿Qué pasa con esa cubierta por la cual somos juzgados en vida?