miércoles, 31 de diciembre de 2008

..::¿No lo creen?::..


Qué mejor forma de comenzar el año que cambiando, no sólo los propósitos o la perspectiva que tenemos de hacer las cosas sino además, replantearse el significado que uno tiene de sí mismo.

Calma, no trato de reinventar al ser humano o de proponer una nueva ontología acerca de él. Sólo quiero dar un segundo vistazo a mi personalidad, a mi carácter y a esas actitudes que me conforman.

Durante 25 años (salvo los años en que no tenía conciencia de mí y bien pueden ser también 25) he vivido creyendo que soy la persona más paciente del mundo; que soy el ser humano más tolerante y siempre busco una conciliación para dos partes en conflicto. También estoy en la creencia, de que mi hábito más arraigado es la lectura. Eso sin contar que siempre he afirmado que soy bueno escuchando y aconsejando.

Ahora no me lo parece tanto:
- Pasividad no son varias noches en vela lleno de ansiedad.
- Tolerancia no es que me guste toda la música excepto...
- Conciliar no significa creer que yo tengo la solución para todo.
- Ser un lector asiduo no es lo mismo que memorizar datos disgregados.
- Escuchar, en eso sí soy bueno; no obstante, al aconsejar, por suerte me limito a dar mi opinión de aquello que yo haría en el lugar del otro.

Ahora bien:

- Soportar esas noches de ansia y preocupación de manera pasiva no me hace paciente. Quizá sí alguien que teme decir las cosas que le preocupan o le disgustan fuera de tiempo.
- Callarme aquello que me disgusta no me hace tolerante. Por otro lado, sí me convertiría en una persona que no prefiere buscar una solución mediante la argumentación.
- No buscar una solución, difícilmente haría de mí una persona conciliadora, al contrario, me quedaría escuchando el problema sin saber qué decir.
- Escuchar, en eso sí soy bueno; sin embargo ¡Menuda opinión que podría yo hacer! Buscando cómo sería estar en la piel del otro.
- Antes de mencionar lo terriblemente antisocial que soy, mejor de la lectura ni hablamos

¿Qué se puede hacer?

- Ser más sincero. A nadie le gusta guardarse cosas durante una noche y mucho menos durante media vida.
- Ser prudente al expresar aquello que no me parece, con todas las consecuencias que eso conlleva. Siempre puedo tratar de argumentar mis motivos y ver qué se puede hacer al respecto.
- Escuchar, en eso sí soy bueno; si hay algo que me gusta de escuchar, es imaginarme siempre: ¿Cómo sería estar en los zapatos de la otra persona? Me toma tiempo tratar de entender, pero eso no evita que al dar mi opinión no esté permeada de mi punto de vista. Después de todo, siempre es mejor tener diversas perspectivas sobre un mismo problema.

Sinceridad, prudencia, empatía y por qué no, también valentía.

Con mucho gusto cambiaría mis 'supuestas virtudes', por comenzar a trabajar más duro en ser una mejor persona.

De lo antisocial y la lectura... mejor ni hablamos Ja ja ja !!

Esto apenas es un inicio, la solución llegará conforme empiece a crearme el hábito de superar mis temores. Hoy es un buen día para comenzar (n_n).

1 de Enero de 2009

1 comentario:

Unknown dijo...

Bueno, si tan solo pudiera hacer la mitad de lo que tu, sería muy bueno. Tristemente cada vez me interesa menos ser buena persona, wajajaja (risa de bruja) :S Siempre se puede mejorar, cada quien a su paso. Creerse muy bueno sería muy malo, y creerse muy malo sería igual de malo :P Se cuida, se la pasa bonito. Ron Mueck... su técnica es interesante.