lunes, 21 de julio de 2008

Things get bitter und Cette orange devient amère

Las sorpresas se encuentran a la vuelta de la esquina.
Desde la fría mañana en la playa, hasta una tormenta en un día soleado
Esta vida sin duda es para sorprenderse, y algunas sorpresas jamás se olvidan
Sin embargo, algo puede ser olvidado para nuestra sorpresa

Y es que resulta normal, que donde antes hubo tanto interés y expectación, poco a poco se vaya olvidando. Tal y como se olvida al Invierno hacia la primera mañana de Primavera.

Olvidamos que lo que antes era un piso sólido, pronto se convertirá en agua de nuevo. Tanto es el olvido, que olvidamos que es algo natural y jugamos a aferrarnos un poco más al tiempo que cada cosa tiene dictado. Pero a veces terminamos por creer nuestra propia mentira y no nos percatamos cuándo, a ciencia cierta, algo llega a su fin.

Es entonces, cuando me doy cuenta de aquello que he dejado de ser. Buscando olvidar el barullo y los problemas; huyendo durante tanto tiempo de una tormenta que siempre lograba alcanzarme. Vuelvo la mirada sólo para encontrar, que ya soy parte de ella.

Ya no soy dulce y no es sorpresa que esta fruta se haya amargado. Olvidada en un rincón por alguien que creyó que siempre estaría allí. Hablemos del clima, o de cómo estará el día mañana. Olvidemos todo lo que sucedió aquí.

Ahora te has olvidado de mí
Y yo olvidé que no me querías

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