miércoles, 5 de septiembre de 2012

..:: A propósito de la iniciativa de reforma laboral ::..

Mucho se habla en materia laboral sobre competitividad, la legalización del outsourcing, la generación de empleos y entrar a la modernidad. Pero se habla tan poco sobre la base de todo; el factor humano.

El constante crecimiento de la población se ha vuelto un obstáculo para cumplir todo lo que el artículo 123 de nuestra constitución exige; en cuanto a salarios, condiciones laborales, servicios médicos y educativos para los empleados y sus familias.

Aquí es donde se habla de competitividad. Si un patrón comienza con poco capital o no tiene el suficiente capital para garantizar plenamente las condiciones laborales mínimas, no podrá hacer crecer su empresa, esta desaparecería o en el peor de los casos jamás sería creada.

Sin embargo, la creencia de que reducir los salarios y las condiciones laborales será no sólo un incentivo para que una persona comience con una empresa, sino que además ayudará para su crecimiento, no es completamente errónea. El problema es que aún después de que dicha empresa logre su crecimiento y desarrollo, mantenga las mismas condiciones reducidas para sus trabajadores y que esto sea legal.

El otro problema es que las empresas que ya cuentan con la capacidad económica para otorgar todos los beneficios a sus trabajadores, podrán reducirlos de igual forma al realizar nuevas contrataciones. Esto significa que la empresa tendrá menos responsabilidades y más ganancias. Suponiendo que esta reforma laboral esté diseñada para impulsar a las empresas mexicanas, beneficiará de igual modo a los inversionistas extranjeros.

El modelo de outsourcing funciona más o menos del siguiente modo:

  • Yo tengo una empresa (nacional o extranjera)
  • Necesito empleados, pero buscarlos requiere intrínsecamente contar con personal, tiempo para la selección y elaborar contratos.
  • Es necesario también estar al pendiente del pago de su nómina, mantener el contacto con las intituciones de seguridad social y de vivienda en caso de que cuenten con esas prestaciones, el pago de impuestos etc.
  • Pero, para evitar involucrarme con todo esto, contrato los servicios de una empresa que se dedica específicamente a llevar a cabo todos esos procesos. Así yo puedo dedicarme completamente a manejar operativamente mi empresa mientras ellos me proporcionan al personal.

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En la práctica, cualquier empleado que cumpla con las tareas que yo le indique, en mis instalaciones y bajo mi dirección. No es mi empleado, es empleado de la empresa que me los proporciona. Si en algún momento surge un problema jurídico, yo no soy responsable del mismo porque no son mis empleados.

Esto complica tremendamente los conflictos jurídicos, porque las pocas instancias que están dedicadas a la protección del trabajador como son la PROFEDET, no tienen la capacidad ni un sistema que logre registrar claramente la estructura del problema.

Basta con asistir a buscar asesoría legal y las primeras preguntas que uno debe responderles son:
- ¿Para qué empresa labora?
- ¿A qué se dedica esta empresa?
- ¿Quién es su jefe inmediato?
- ¿Cuáles son o eran sus funciones dentro de esa empresa?
- ¿En qué dirección está ubicado su lugar de trabajo?

El orden de las respuestas se rompe en el instante en que las primeras dos respuestas comienzan a perder concordancia con las tres últimas.

Laboro para una empresa X que hace maquila de nómina
Mi jefe inmediato es.. a quien reconozco como jefe inmediato en la empresa que nos subcontrató
Y mis funciones laborales son las de otra empresa que no es la empresa que vengo a demandar

El sistema de la PROFEDET sólo puede registrar un problema cuando empresa y trabajador están relacionados directamente sin la intervención de un tercero. Mientras que uno trata de explicar esto, la persona que nos atiende quiere los datos que solicitó. Y muchas veces ni siquiera se informa completamente al empleado que labora bajo el esquema de subcontratación, mucho menos conoce el domicilio de la empresa que le paga o los nombres de sus jefes inmediatos. Así que en una primera visita a la PROFEDET, uno no logra pasar de la ventanilla de registro y mucho menos acceder a una asesoría. Amén de que en algunos casos ellos se deslindan porque ciertos problemas no les competen y lo envían a uno con la Procuraduría de la Defensa del Trabajo que no es lo mismo que la federal, sólo para que lo remitan una vez más a la primera que visitó.

Una persona con muchas responsabilidades, rara vez podría acudir en los horarios de atención porque coinciden con los que ellos deben cumplir en su empleo. No siempre tendría el dinero para ir y regresar de una instancia a otra. No tendría dinero para mantener un litigio que suele durar meses, sin la garantía de que pueda obtener justicia y al final la opción más sensata es la resignación que nos deja a merced de la intimidación laboral por falta de información al respecto.


Mi primera pregunta es ¿Dónde queda el beneficio para el empleado si se aprueba el modelo de subcontratación? Esto sólo aumentaría la percepción de la impunidad de lo que pueden hacer los empresarios sin tener consecuencias directas ni pérdidas económicas.

La segunda pregunta sería ¿Son estos los empleos que se quieren impulsar? Empleos que mantienen al día a sus empleados, sin darles la posibilidad de ahorrar o pagar efectivamente un crédito que no los sobrepase eventualmente quitándoles todo por lo que han trabajado y que les niega la expectativa de un retiro digno al cumplir la mayoría de edad (si es que llegan, en ausencia de un servicio médico decente).


La última pregunta es la siguiente ¿Habrán tomado en cuenta el anterior secretario del trabajo Javier Lozano Alarcón y Felipe Calderón al factor humano al realizar su iniciativa de reforma laboral? Porque cuando el pretexto es alcanzar la modernidad sin tomar en cuenta los medios que se utilicen, al final sólo pasaremos de largo hasta la posmodernidad.
Pomarańcza

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